jueves

Otro ejercicio de "NeuroMarketing"

(Del artículo: Fidelizar a través de las Emociones).

Reproduzco parte del texto repartido en clase hoy:

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[…] En medio de esta lucha por la supervivencia de la marca, la potenciación del valor de la misma y la fidelización del cliente, surge una nueva palabra clave: "EMOCIONES".

En el artículo citado anteriormente podemos leer: "... las firmas crean expectativas en los individuos y generan espacios basadas en las sensaciones que son capaces de generar mediante experiencias de marca, bien a través de la comunicación, bien a través de las acciones de marketing preparadas para conectar con sus públicos. En este sentido, la publicidad emocional se constituye como una herramienta de comunicación que sirve para diferenciar a las marcas de su competencia desde la vía emocional".

Lo que se busca es propiciar (provocar) sensaciones positivas en el cliente, asociadas a una marca, una música, un aroma, un color... Cada vez que el cliente quiera revivir esa sensación de bienestar, sólo tendrá que abrir una botella de... o un paquete de... En resumen, las marcas buscan la "diferenciación emocional" como valor competitivo en el mercado (que el cliente sienta una emoción diferente al ver este producto, que si ve cualquier otro).

Pasando al terreno espiritual, quisiera contextualizar mi ubicación: España, Europa. Desde Europa se ha visto con cierto escepticismo el abuso emocional en las campañas evangelísticas del mundo iberoamericano, resultando en bautismos puramente emocionales y con un alto índice de abandono de la iglesia a medio plazo (sé que no es justo generalizar, pero perdóneseme esta afirmación justificada por lo que viene a continuación).

En el viejo continente se ha acudido al otro extremo, la pura razón como medio de convicción para el bautismo, doctrinalmente hablando, huyendo del emocionalismo exacerbado, y llegando a la asepsia emocinal en muchos casos, incluso asociada al individualismo del viejo continente, y quizás también en países como Estados Unidos.

Esto tampoco ha demostrado funcionar bien, ya que en la Europa secular, ni la buena argumentación apologética de los mejores teólogos a resultado en bautismos a gran escala (salvo excepciones en Europa del Este).

La gran verdad de todo, y el punto al que quiero llegar, es que Dios nos creó con ambas facultades y capacidades: El raciocinio y la emotividad. El mundo mercantil, secular e interesado se ha dado cuenta de eso, y busca un equilibro mezclado de ambos factores, el marketing emocional. He conocido casos de personas que, aún sabiendo que doctrinalmente la Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene mayor conocimiento de la Verdad que otras denominaciones, han preferido abandonar nuestras filas para unirse a otras denominaciones que, aunque erradas en sus creencias, les proporcionaban mejores emociones (aceptación, cariño, pertenencia, amor, etc.).

¿Qué hizo Jesús cuando estuvo pisando este planeta? Buscó el corazón de las personas por encima de todas las cosas. Hizo el bien sin mirar a quién. Apeló al perdón, el amor divino, a la sencillez en el mensaje sin sacrificar nada de la verdad. Jesús fue el Maestro del marketing emocional. Y si además, el producto es bueno, en su caso La Verdad más pura, el éxito está asegurado: fidelidad hasta la tumba (Santiago, Pedro, Pablo, Esteban, etc.).

En pocas palabras, ni tanto como se criticaba en algunas latitudes, ni tan calvo como en otras. ¿Qué mensaje estamos dando? ¿Cuál es nuestra "publicidad"? ¿Cuál es la promoción del mes?

"Conozca la religión del 666", "No pertenezca a una iglesia apóstata", y un largo etc. de "slogans" no generan buenas emociones en nuestro target (público objetivo). Jesús no andaba asustando: "¡No seas adúltera o te perderás!". Jesús más bien daba segundas oportunidades, emociones encontradas pero positivas: "Ni yo te condeno. Vete y no peques más".

[…] Nuestra vida es el mejor "comercial" o "spot publicitario". ¿Te envidian los vecinos? ¿Quieren conocer el origen de tu sonrisa permanente? ¿Qué emociones transmitimos con nuestras palabras, con nuestra vida, con nuestro testimonio? ¿Metemos miedo para que otros quieran salvarse por temor, o procuramos que otros se enamoren del Salvador para iniciar una relación salvífica y eterna con Él?

¿Cuál es nuestra estrategia de marketing emocional? Sin duda que debemos utilizar la doctrina y el gran conocimiento bíblico que tenemos, pero buscando emociones positivas en los que nos oyen.

Un ejemplo. Podemos hablar del infierno. Muchos lo hacen para atemorizar y provocar que otros busquen la salvación por temor. Propongo otro uso del conocimiento que tenemos sobre este tema: El infierno no es como nos lo han enseñado tradicionalmente, no tenemos un alma inmortal que se quema eternamente. Dios no puede permitir esto, sino que hay otra realidad en la Biblia a este respecto. Dios busca la salvación de los que le honran...

Este sólo es un ejemplo de cómo un mismo tópico puede enfocarse de formas diferentes, suscitando emociones opuestas en quien nos escucha. Otro ejemplo más:
¿Con cuál de las dos imágenes nos apetece más salir a hacer trabajo misionero u outreach? La imagen de la derecha con un buen slogan puede causar emociones más positivas y animar a más personas a salir a hacer obra misionera.

Haced comentarios sobre cómo enfocaríais una campaña de Evangelismo, cómo enfocaréis los artículos que tenéis que publicar en los blogs, o cualquier otro tema que se te ocurra en el que deberíamos cambiar la estrategia comunicativa con este enfoque.

¡¡¡ANIMO!!! :D
Publicado por Pedro Torres en 6:24 ((•)) Escucha este post voz hombre ((•)) Escucha este post voz mujer
2 comentarios:
Txetxu dijo...
Cuando pienso en Marketing, me viene un nombre a la cabeza, Pere Cantallops, el fué mi tutor y profesor de Marketing y técnicas de ventas en Barcelona. Ha sido de los mejores profesionales que han pasado por mi vida.

Entiendo Marketing como el arte de saber satisfacer las necesidades humanas, oh si Philip Kotler levantara la cabeza y leyera esta definición ;) (por si alguno no lo saben, fué el padre del Marketin)

Pero en realidad Marketing es el estudio profundo de las necesidades del mercado, es decir los seres humanos.

El mercado es un intercambio satisfactorio, entre dos partes la parte demandante y la que ofrece.

Todos sabemos que el Marketing se puede dividir en varios factores, el Marketing estratégico, el Marketing Mix, Marketing Social, Marketing Relacional, Marketing Holístico, Dayketing, Wargketing y en este caso podríamos hablar también del Neuromarketing.

Todo lo que hacemos o dejamos de hacer es una forma de Marketing, porque es el concepto que generamos.

Me voy a la cama, así que ya seguiré en otro momento.



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Cuando pienso en Marketing, me viene un nombre a la cabeza, Pere Cantallops, el fué mi tutor y profesor de Marketing y técnicas de ventas en Barcelona. Ha sido de los mejores profesionales que han pasado por mi vida.

Entiendo Marketing como el arte de saber satisfacer las necesidades humanas, oh si Philip Kotler levantara la cabeza y leyera esta definición ;) (por si alguno no lo saben, fué el padre del Marketin)

Pero en realidad Marketing es el estudio profundo de las necesidades del mercado, es decir los seres humanos.

El mercado es un intercambio satisfactorio, entre dos partes la parte demandante y la que ofrece.

Todos sabemos que el Marketing se puede dividir en varios factores, el Marketing estratégico, el Marketing Mix, Marketing Social, Marketing Relacional, Marketing Holístico, Dayketing, Wargketing y en este caso podríamos hablar también del Neuromarketing.

Todo lo que hacemos o dejamos de hacer es una forma de Marketing, porque es el concepto que generamos.

Me voy a la cama, así que ya seguiré en otro momento.



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El concepto que subyace en los comentarios de clase se resume muy bien en palabras de Txetxu: Todo lo que hacemos o dejamos de hacer es una forma de Marketing.

¿Qué comunicamos como pastores? ¿Desde la iglesia local? ¿Qué imagen damos? Recuerdo que el entorno físico, mobiliario, etc. también comunica...




http://e-vangelismo.blogspot.com/2009/10/otro-ejercicio-de-neuromarketing.html

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